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Adiós vacío dominguero...

“Segundo mes, check”. Piensa Alicia al despertarse a las 11:09. Ya lleva suficiente tiempo en la ciudad como para sentirse acostumbrada, sin embargo aún no le agrada la idea de que la mayoría de establecimientos estén cerrados todos los domingos. Se queda en cama pensando en cómo pasar el día y no echar tanto de menos su casa. De repente le suena el estómago. ¡Qué hambre! Y en el colegio mayor ya no hay desayuno, se pregunta adónde ir por un buen café y algún acompañamiento rico. En eso, su vecina de cuarto, Helena, entra al cuarto y le propone ir en busca de un “brunch” juntas. Ella acepta y ambas salen a buscar, deciden ir por lo viejo. Se encuentran con una esquina bastante atractiva, una cafetería  con un ambiente tranquilo y acogedor. El Peregrino las deja satisfechas con una gran variedad de bizcochos, pastas y zumos. Luego de tener un par de horas de charla y café, Alicia y Helena regresan listas para estudiar.

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